Red Transformadora | ¿Cómo fortalecemos la probidad y la transparencia en la gestión pública para construir un Estado y una democracia más sólidos?
Desde 1995, Transparencia Internacional elabora el Índice de Percepción de la Corrupción, que clasifica a los países según la corrupción en el sector público. Según el último informe, más de dos tercios de los países tienen puntuaciones inferiores a 50, con América Latina promediando 42 puntos. En Chile, el gobierno presentó en 2023 la Estrategia Nacional de Integridad Pública, que incluye más de 70 medidas para mejorar la transparencia y prevenir la corrupción en la función pública.
En el país, los principios de probidad y transparencia son fundamentales para reducir la corrupción. La probidad administrativa, regulada por la Constitución y la Ley 20.880, busca asegurar una conducta honesta y leal en los cargos públicos, evitando conflictos de interés. La transparencia, por su parte, garantiza el acceso público a la información de la administración pública, y está regulada por la Ley 20.285, que crea el Consejo para la Transparencia.
La Universidad Santo Tomás integra estos principios en su formación académica, destacando en su Facultad de Derecho asignaturas como “Ética Profesional del Abogado” y “Cultura y Valores”, que refuerzan la ética y responsabilidad en el ejercicio profesional. Además, la universidad ofrece un Diplomado en Probidad y Transparencia, enfocado en fortalecer las competencias en lucha contra la corrupción y acceso a la información pública.
En una nueva edición de Red Transformadora, Aníbal Rodríguez, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Santo Tomás, nos trajo todos los detalles sobre este tema que es más cercano de lo que parece.