Entrevistas

James Lippert Thyden, chileno secuestrado al nacer y que presentó querella contra el Estado: “Ser adoptado duele, es un trauma”

En 2011, después de tomar clases de español, el marine estadounidense James Lippert Thyden pudo revisar sus documentos de adopción que revelaron irregularidades en el proceso en Chile. Adoptado en Virginia, siempre había creído que nació en Santiago en 1980 y que fue dado en adopción por su madre para ofrecerle una vida mejor. Sin embargo, después de regresar de la guerra en Afganistán, comenzó una búsqueda que concluyó en mayo de 2023, cuando contactó a su madre biológica, María Angélica González, donde ella le comentó que desde el Hospital el Salvador le aseguraron que su bebé, o sea él, había muerto poco después de nacer.

Es importante destacar que esta práctica de robos de recién nacidos, la que es considerada ilegal e inhumana por diversos organismos internacionales, ocurrió durante los años de dictadura en Chile, aunque es necesario precisar que las investigaciones muestran que esto trasciende ese contexto histórico y no se limita únicamente a esa época.

En entrevista con ‘Déjate caer con Neme’, el abogado y víctima de adopción irregular, James Thyden, se refirió a esta situación, donde busca justicia luego de 42 años.

Por cuándo se entera de su origen, comentó que sus padres adoptivos siempre le dijeron que fue adoptado para poder tener una mejor calidad de vida. “Siempre estudié español y cuando cumplo 31 años, mi madre adoptiva me entregó todos los papeles de adopción y cuando los analizo me doy cuenta de que hay cinco datos que son diferentes. Por ejemplo, en uno se  señalaba que toda mi familia estaba fallecida y en otro aparece que están vivos”.

Tras esto, se sinceró y expresó que “ser adoptado duele, es un trauma, siempre quise buscar por mi mamá y por mi historia. Cuando era más joven busqué, porque a pesar de tener una vida mejor, yo quería hablar con ella para contarle de que estaba bien”.

Por dónde vive su madre, informó que “ella reside en Valdivia con mis hermanos y sobrinos y cuando nos reunimos en vivo, ella no podía hablar”, agregando sobre esta situación que una de sus primeras palabras fue repetirle todas las veces que lloró por él.

Para culminar, enfatizó que “tengo mucha rabia, no hay justicia para todas esas madres y es por eso que al regresar a Estados Unidos decido interponer una querella (…) necesitamos hablar con el mundo. Hay 50.000 bebés repartidos en distintos países, algunos en Italia, Francia y por Europa en general”.