Entrevistas

Victoria Reyes de Activa destacó que un 86% de los chilenos consume comida rápida y la mayoría lo hace el fin de semana

Conversamos en ‘Qué Hay De Nuevo con Victoria Reyes, directora de proyectos de Activa Chile, sobre la radiografía del consumo de comida rápida en nuestro país. Entre los resultados arrojados, un 85,6% de la población mayor de 18 años declara consumir,
independiente de la frecuencia, algún tipo de Fast Food.

Al analizar la cifra de la cantidad de chilenos que declara consumir algún plato de comida rápida, Reyes destacó que “vemos que los porcentajes son altísimos, un 86%”. Asimismo, rescató que “las personas que más consumen comida rápida son las más jóvenes, el consumo de comida rápida va disminuyendo a medida que aumenta la edad, pero también a medida que disminuye el nivel socioeconómico, lo que también nos entrega luces de cuánto están gastando”.

Otro de los resultados que arrojó el sondeo fue que “en promedio las personas gastan cerca de ocho mil pesos cada vez que van a comprar comida rápida. Sin duda esto es una alternativa conveniente, yo me quedaría en la conveniencia pensando en términos de precios, pero también en términos de rapidez”.

Si vemos los días de la semana en que más se consume este tipo de alimentos, existe un consumo focalizado durante el fin de semana. Sobre ello, Reyes explicó que “lo relacionamos con el ocio, con quebrar lo cotidiano, con quebrar lo que uno hace en el día a día, con darse un gustito, con salir a comer algo rico y hacer algo diferente a lo que uno viene haciendo en la rutina de lunes a viernes, a veces es visto como un premio”.

Ahora, respecto de cómo las personas adquieren los productos, la experta precisó que “un 55% de las personas que compra comida rápida lo suele hacer presencialmente en el local, lo que nos habla de que los delivery y todas las aplicaciones que existe hoy en día para que la comida llegue al hogar directamente han disminuido”.

Por último, Victoria Reyes indicó que otro tema interesante de discusión a raíz de estos datos radica en que la “comida rápida no necesariamente implica una comida que no sea saludable”.