Daniel Rodríguez de Acción Educar y proyecto que pone fin al CAE: “Es lo contrario a lo que se necesita”
El anuncio del presidente Gabriel Boric sobre el proyecto para terminar con el CAE y dar paso a un nuevo sistema de financiamiento para la Educación Superior se convirtió en uno de los mayores hitos de su gobierno. Sin embargo, no todos quedaron satisfechos. En ‘Qué Hay De Nuevo’, Daniel Fernández de Acción Educar advirtió que ve serios problemas en la nueva propuesta:
“No se necesita una reforma como la que se anunció. Hay que abordar el problema del CAE, sí. Tanto la presidenta Bachelet como el presidente Piñera presentaron sendos proyectos para racionalizar y reorientar el gasto público en el CAE, y también reemplazarlo por otra herramienta… La forma en la que está abordando este tema el gobierno me parece que es lo contrario a lo que se necesita”.
Para Fernández, la mayor complicación del mecanismo detallado por el presidente está en que cambia de forma radical el sistema:
“Aquí no estamos hablando de la solución a un problema. Aquí estamos hablando de alterar las bases mismas de cómo se ha construido y desarrollado el sistema de Educación Superior. Al final, significa que el Estado va a pasar el 100% de los costos de las universidades y CFT de Chile. Es un cambio muy fuerte… Esta reforma desconoce la historia”.
El hombre de Acción Educar también señaló que lo anunciado dista de los consensos que se habían alcanzado en el pasado:
“Siempre se planteó en los proyectos de la presidenta Bachelet y del presidente Piñera que lo que se necesita es un crédito contingente al ingreso. O sea, un préstamo que se adapte a la situación socioeconómica de cada deudor, y que le permita financiar sus estudios. De esta manera, compatibilizando con la gratuidad, nadie se queda fuera de la Educación Superior por motivos económicos”.
Fernández se mostró en desacuerdo la solidaridad del proyecto:
“Lo que se está planteando aquí es un impuesto, para que quienes tengan carreras de mayor rentabilidad financien a quienes estudian carreras de menor rentabilidad, que aquellos con trabajo formal financien la informalidad. Es un cambio radical, y no me parece que sea la forma de avanzar”.
Con respecto a cómo se diferencia de un crédito, Fernández señaló:
“Cuando uno tiene un crédito, uno paga lo que se gastó en uno más el precio del dinero, que es el interés. Un impuesto no tiene tope: Tú pagas un porcentaje de tu renta por un período independiente del monto que se te prestó, que creo que son 20 años. Entonces, un estudiante de Medicina sabe desde el día que se matricula que a 6 años de egresar ya pagó su carrera y va a empezar a financiar al de al lado. Es como el tema de las pensiones. Es una solidaridad forzada”.