Marcelo Sánchez de Fundación San Carlos de Maipo: “El costo de la delincuencia lo están pagando los niños”
Según la Defensoría de la Niñez, el año pasado terminó con un total de 51 niños, niñas y adolescentes (NNA) fallecidos producto del uso de armas de fuego, lo cual significa un alza respecto del 2023 (42 casos). En concreto, esta sería la cifra más alta de los últimos 20 años y con una tendencia al alza.
En cuanto a la información entregada por el fiscal nacional, Ángel Valencia, en 2022 hubo 54 casos de niños que perdieron la vida en homicidios, en 2023 se aumentó a 66, lo cual representa un incremento en la tasa del 23%. Además, en 2022 se registraron más de 50 niños, niñas y adolescentes murieron en conflictos asociados a la delincuencia. Así, en sólo cinco años, la tasa de homicidios de NNA creció más de un 20%.
Conversamos en Qué Hay De Nuevo con el gerente general de la Fundación San Carlos de Maipo, Marcelo Sánchez, para abordar el impacto de la delincuencia en la infancia.
“Esto ya viene hace harto tiempo. Tenemos por lo menos tres años donde la cifra de victimización, de homicidios de niños, ha ido creciendo de manera sostenida. Solo entre el año 2022 y 2023 aumentó un 23%”, detalló Sánchez.
Asimismo, se refirió a las cifras de la Defensoría de la Niñez sobre 51 niños muertos producto de armas de fuego y las denuncias de Violencia Intrafamiliar (VIF) que también han ido en aumento. “El costo de la delincuencia, del crimen organizado, lo están pagando los niños”, sostuvo.
Respecto de las denuncias por VIF, el gerente general de la Fundación San Carlos de Maipo enfatizó en que “estamos en un entorno complejo donde la violencia se reproduce al interior de la familia. Ya las cifras antes de la pandemia daban cuenta de que en el interior de las familias había castigo violento, cerca del 50% de los papás ya habían victimizado a sus niños de manera violenta, física, y justificaban esa violencia para hacer cambios conductuales”.
Dicho lo anterior, indicó que “hay una lectura desde la violencia tanto al interior de la familia, que además se expresa de manera acelerada en el entorno inmediato del niño. Cuando vemos narcofunerales, cuando vemos que las multicanchas que antes se usaban para jugar a la pelota se transforman en campos de tiro, cuando estamos viendo que la mano en el territorio dictan si los niños van o no van al colegio, claramente estás perdiendo el orden público necesario para que se implementen muchas medidas relevantes”.