Doctora Sofía Salas considera que “no hay ninguna posibilidad” de aprobar la ley de aborto libre en este Gobierno
Chile atraviesa una crisis de natalidad que lo coloca como uno de los países de América Latina con la caída más pronunciada en este indicador. La tasa de fecundidad en el país es de 1,17 hijos por mujer, por debajo del promedio de la OCDE y muy distante de los 5,5 hijos registrados hace 60 años. Comparado con los años 90, los nacimientos han disminuido considerablemente, pasando de 273.764 en 1994 a 135.539 el año pasado. Además, la esperanza de vida ha aumentado a 82 años, lo que agrava el cambio demográfico. Hoy, el 19% de la población tiene más de 60 años, y para 2050 se espera que esta cifra suba al 32%.
Conversamos en Qué Hay De Nuevo con Sofía Salas, docente investigadora del Centro de Bioética de la Universidad del Desarrollo (UDD), sobre el resurgimiento del debate sobre la pena de muerte; el proyecto de aborto legal; y la baja tasa de natalidad en Chile
Respecto de la idea de la precandidata presidencial de Chile Vamos, Evelyn Matthei, de reabrir el debate sobre la pena de muerte, la investigadora expresó que “dejando de lado una oportunidad comunicacional, es una pésima idea (…) la evidencia muestra que la pena de muerte no es disuasiva para delitos particularmente graves”.
Pasando a la viabilidad de sacar adelante el proyecto de ley de aborto libre, Salas sostuvo que “corresponde al compromiso de campaña y honrar el programa de Gobierno que presentó el presidente Boric en su momento, pero por lo que me han dicho (…) no hay ninguna posibilidad de que sea aprobado en este Gobierno una ley de aborto libre”.
Consultada por el problema de la baja tasa de natalidad en Chile, la doctora enfatizó que se trata de “un problema global” y no solo de nuestro país.
En cuanto a las causas de la baja natalidad en nuestro país, la docente mencionó algunas de ellas: “Hay algunos estudios en que han visto que un porcentaje de la población joven no se proyecta con hijos, no les interesa, y de esos, como un 40% lo hace porque considera que este es un mundo amenazante, porque tiene miedo a las consideraciones ambientales; por otro lado, las mujeres ya no se van a resignar a quedarse en la casa criando hijos, pero el cuidado de los hijos cuando la mujer trabaja es más difícil ahora que lo que tuvimos nosotros cuando fuimos madres”.