Las razones detrás del caótico paso de Taylor Swift por Sudamérica
Por Matías De La Maza
Taylor Swift sólo había visitado Sudamérica en 2012, previo al lanzamiento de su disco de consagración, Red, en el marco de un evento de su discográfica en Río de Janeiro. En aquella ocasión, se presentó en un show íntimo para cerca de un millar de personas (y poco más de media hora de duración), así como en un programa de televisión.
Hoy, la realidad es muy distinta. Swift volvió a la región como la artista más popular del planeta y con la gira más cotizada del Siglo XXI. Su “Eras Tour” llegó para presentarse en nueve fechas agotadísimas, entre Argentina y Brasil, con fanáticos de distintas latitudes viajando para no perderse el estreno de la cantautora por este lado del mundo.
Pero el periplo sudamericano de Taylor Swift no ha estado excento de contratiempos, incluso de hechos gravísimos como el fallecimiento de una persona, que ensucian lo que debió haber sido simplemente una fiesta.
Estas son las tres razones que explican, en parte, el accidentado y caótico paso de Swift por Sudamérica.
Clima extremo
El Eras Tour llegó a Sudamérica tras más de 50 conciertos en Estados Unidos, que comenzaron en marzo. En todo ese tramo, Swift nunca debió suspender un concierto. En el peor de los casos, aplazaba el horario de inicio del espectáculo hasta que las condiciones meteorológicas lo permitieran, pero la máxima era que el show se realiza siempre, llueva, truene o relampaguée.
Esa racha se cortó en Sudamérica. Dos veces. Y por razones distintas.
El viernes 10 de noviembre, la cantante debió anunciar la suspensión del segundo concierto que realizaría en el Estadio Monumental de Buenos Aires, debido a la intensa tormenta que azotó la capital argentina. Swift ya había realizado shows en medio de temporales en la gira, pero la lluvia bonaerense no amainó durante buena parte del día, acompañada de rayos que caían en el área metropolitana, lo que no dejó más opción que posponer. El concierto finalmente se llevó a cabo el domingo 12.
En el otro extremo, la cantante debió tomar la misma decisión para la segunda fecha que realizaría en el estadio Nilton Santos de Río de Janeiro el sábado 18 (reprogramado para el lunes 20) del mismo mes, aunque por un extremo diferente: la ola de calor que mantuvo temperaturas máximas sobre los 40 grados, y una sensación térmica superior a los 60 debido a la humedad. Ya en el concierto del viernes 17 se viralizaron videos donde se ve a Swift sudando y con problemas para respirar sobre el escenario.
Pero la tragedia vino desde la cancha: Ana Benevides, una fanática de 23 años, falleció tras descompensarse en los minutos iniciales del concierto. Los factores que influyeron en su deceso se están investigando, pero además del calor extremo, testigos y autoridades apuntan a negligencias de la organización. Y hablando de eso…
Una organización que no estuvo a la altura
Pareciera que ni la organización en Buenos Aires ni en Brasil han logrado dimensionar el efecto de Taylor Swift sobre sus fanáticos, ni consideraron medidas extra para resguardar la seguridad del público ante el fervor y las condiciones climáticas.
Ya en Buenos Aires, la productora a cargo demoró horas en anunciar la suspensión del evento, cuando la tormenta claramente iba a impedir la ejecución segura de éste. Eso derivó en que una extensa fila de personas estuvieran bajo la lluvia desde el amanecer, con la organización anunciando sobre la hora de la apertura de puertas que ésta quedaba postergada, y más de una hora después la suspensión definitiva del concierto. Ambulancias debieron ser despachadas a la zona para atender a fanáticas afectadas por la hipotermia.
Más graves son las denuncias en Río de Janeiro. Las autoridades anunciaron una investigación contra la productora T4F luego que parte del público acusara la prohibición de entrar botellas de agua, la nula disponibilidad de puntos de hidratación e, incluso, el cierre de los sistemas de ventilación del estadio Nilton Santos, con el objetivo de dificultar la visibilidad a los edificios aledaños al recinto.
Incluso si se determinara que no hubo responsabilidad de la organización en la muerte de Ana Benevides, la falta de preparación de la productora ante condiciones extremas fue alarmante.
Los problemas de los organizadores suman a temas de seguridad transversal: en Río, múltiples asistentes a los conciertos fueron asaltados mientras realizaban la fila para entrar, mientras que otro fanático fue asesinado en Copacabana, en el marco de un atraco.
Un fervor a ratos violento
No es secreto el descontrol que puede generar una artista como Taylor Swift. Estamos hablando de la cantante más popular del mundo en el peak de su carrera. El verla en vivo para sus seguidores es más que un panorama: es una obligación.
Si bien sus conciertos se prestan, en su mayoría, para un sentimiento de comunidad y celebración para su público, el fervor se puede salir a ratos de normas básicas de convivencia.
Las personas que asistieron a cancha en los conciertos de Argentina acusaron agresiones, peleas e incluso actitudes insólitas como personas con alfileres pinchando al resto para moverlas de su camino (a lo Bilardo).
Los mensajes en redes sociales de parte de la fanaticada han sido de un tono confrontacional y, en el peor de los casos, agresivos hasta con la misma cantante.
No son la mayoría, pero son actitudes que pueden resultar peligrosas en un contexto de 70 mil personas por noche, en donde la solidaridad del público con la seguridad puede ser fundamental.
Quienes asistieron a los conciertos sudamericanos del Eras Tour sin duda se pueden quedar con que vieron un espectáculo de primer nivel y un momento histórico de la cultura pop, así como el sueño cumplido de ver a Taylor Swift sobre el escenario. Pero es innegable que la visita de la estadounidense a la región se ha visto empañada por los contratiempos.