Cinco películas para entender a Jean-Luc Godard y la Nueva Ola francesa
13 de Septiembre de 2022 matiasdelamaza
Por Matías de la Maza
Jean-Luc Godard, legendario director francés, falleció a los 91 años. Su legado lo posiciona como uno de los cineastas más influyentes del Siglo XX, fundamental para entender el movimiento de La Nouvelle Vague, la nueva ola del cine de su país, que marcó un antes y un después en la forma de hacer películas. Partió como crítico cinematográfico; uno que fue mutando desde la teoría a la práctica, buscando llevar a la pantalla lo que sentía que faltaba en el circuito de su país.
El resultado fue que Godard, junto a un grupo de contemporáneos (Truffaut, Rohmer, Varda, por nombrar algunos), hicieron películas como nadie más. Tan existenciales como irónicas, tan políticas como cínicas. Con enfoques de cámaras vanguardistas y aplicando nuevas técnicas de edición, la Nueva Ola francesa fue una revolución temática y técnica. Godard para siempre será sinónimo de ese movimiento. Y si bien su extensa carrera fue en direcciones muy diversas después de esa etapa, sus primeros años, entre 1960 y 1965, incluyen quizás las obras fundamentales para entenderlo. Aquí, cinco películas para recordar al genio Jean-Luc Godard en su etapa más influyente.
Sin Aliento (1960)
El debut de Godard es probablemente su trabajo más conocido y uno que no sólo significó su entrada triunfal a la industria del cine: es también el papel que lanzó a la fama al legendario actor Jean-Paul Belmondo (fallecido en 2021), quien colaboraría con Godard en múltiples películas.
La historia de un criminal nihilista (Belmondo) buscado por el asesinato de un policía y su relación con una periodista norteamericana (Jean Seberg) tiene múltiples de los elementos que caracterizarían a la Nueva Ola: existencialismo, estudios de moralidad y personaje, innovaciones técnicas (sobre todo en su montaje) y una mirada irónica de la realidad. Su escena final está además entre las más analizadas en la historia del cine.
A Woman is a Woman (1961)
Ya en Sin Aliento Godard había mostrado uno de los intereses de la Nueva Ola: la deconstrucción del Hollywood clásico, un estilo que los cineastas franceses idolatraban pero también querían derrumbar para crear algo nuevo.
A Woman is a Woman es la versión de Godard de un tradicional musical hollywoodense, donde el homenaje y la sátira se mezclan en la historia de una bailarina exótica determinada en ser madre, a pesar de la reticencia de su pareja, por lo que acude al mejor amigo de éste. Belmondo nuevamente dice presente en una película que marca la primera colaboración estrenada entre Godard y la actriz Anna Karina, con quien se casaría ese mismo año, y sería su gran musa de la primera mitad de los 60.
Vivre sa Vie (1962)
La Nueva Ola no era un movimiento caracterizado por ser rígido estilísticamente. Al contrario, su experimentación daba para todo. E incluso elementos que estaban marcados en la filmografía previa de Godard desaparecen en Vivre sa Vie, una cinta que mira más al documental y al neorrealismo italiano que a Hollywood.
La historia sigue a una mujer (Anna Karina) que deja a su familia buscando la fama, sólo para caer en la prostitución. Una trama que Godard sigue sin su clásica ironía, sino que con un realismo casi agobiante. Quizás su película más pesimista.
Alphaville (1965)
Godard nunca llevó tan lejos su obsesión por mezclar géneros hasta que sean irreconocibles como en Alphaville, una película que funde ciencia ficción con una clásica historia noir de detectives. El director llega hasta el punto de tomar al actor Eddie Constantine, conocido por interpretar en películas clase B a Lemmy Caution, un clásico detective de novelas Pulp, y hacerlo representar al mismo personaje, pero esta vez en un ambiente futurista.
Alphaville es una ciudad donde una inteligencia artificial ha prohibido la emoción, el arte y el libre pensamiento. Godard no utiliza ningún efecto especial para representar el futuro: su cámara, ángulos atípicos y el guión son todo lo que se necesita para generar un ambiente distópico. Una verdadera lección de creatividad.
Pierrot le Fou (1965)
Para muchos, la obra cumbre de Godard en el marco de la Nueva Ola. La trama conocida para el realizador: personajes que buscan escapar su realidad y expresar su individualidad. En este caso, un hombre (Belmondo) deja atrás a su familia para huir con su exnovia (Karina), mientras esta es perseguida por sicarios.
La obra visualmente más compleja del director hasta esa fecha, es también una con múltiples capas, desde sociales hasta políticas. Y una de las actuaciones cumbre de Jean-Paul Belmondo.