Fundadoras de la Cocina de Ángeles Álamos: “Me gusta explicarle a la gente que en realidad esto es muy fácil”

Vivió una década en Zapallar, entre la calma del mar y los días largos. Pero cuando volvió a Santiago, supo que era momento de empezar de nuevo. No tenía un plan maestro, pero sí una certeza: la cocina siempre había sido su refugio. Y fue así como, casi sin pensarlo, las ollas comenzaron a sonar otra vez. Sus amigas le pidieron clases. Ella aceptó. En una casa chica, con una mesa improvisada y un par de copas, nacieron las primeras sesiones de lo que más tarde se transformaría en La Cocina de Ángeles Álamos.
Porque no estaba sola. A esa energía explosiva, creativa, que llenaba la cocina de aromas y colores, se sumó la mente estructurada y meticulosa. Bernardita y Ángeles, juntas eran el equilibrio perfecto: una creaba experiencias, la otra las hacía viables. Lo que partió con dos grupos de ocho personas, se convirtió en una comunidad de más de 250 alumnos, que mes a mes aprenden, ríen y cocinan.
Hoy no solo hacen clases. También tienen tiendas de comida gourmet preparada, porque entienden que cocinar es dar amor, pero también recibirlo. Y en cada plato, cada clase, hay un pedazo de esa historia que partió sin receta, pero con mucho corazón.
¿Cómo fue que unas clases improvisadas en la cocina de su casa se transformaron en uno de los centros gastronómicos más queridos de Santiago? Descúbrelo en Más Que Un Pitch, por Spotify o por Radio Infinita, 100.1 FM.